lte_espanaQuizás alguno de vosotros no lo sepa pero el acrónimo LTE responde a Long Term Evolution (evolución a largo plazo). Se trata sin duda de una definición que viene como anillo al dedo a la situación que vivimos en España. Bueno aquí más que de LTE deberíamos de hablar de ELTE (Extra Long Term Evolution).

Muchas son las preguntas al respecto del LTE en España. ¿Por qué no se ve movimiento alguno alrededor de esta tecnología? ¿Por qué otros países ya tienen redes con cobertura global en producción desde hace años y en España no existen más que pruebas piloto de esta tecnología? Existen muchas respuestas al respecto de esta tecnología y su escasa penetración (de momento) en España, pero yo centro los motivos principalmente en tres: la FTTH, el problema del dividendo digital y lo incierto de su mercado potencial.

El problema de la FTTH

Muchos os preguntaréis qué tendrá que ver la FTTH con el LTE y tenéis toda la razón. Se me ocurren pocas tecnologías de acceso al usuario más diferentes que estas dos. Pero ambas tienen una cosa en común. A día de hoy requieren un nivel de inversión tremendo por parte de los proveedores de servicio. En ambas se parte desde cero y eso llevado a inversión supone muchos ceros en la cuenta de inversión.

Parece que llegados a ese punto los operadores se han visto en la situación de tener que tomar una decisión. De momento o se invierte en una o se invierte en la otra, pero es difícil pensar en invertir en las dos. Y lo que parece es que en este caso la fibra óptica está ganando de forma aplastante a las estaciones base. Y es así por varios motivos, pero principalmente por uno, mientras que LTE de momento es una incógnita la FTTH es una tecnología madura y con pocos condicionantes para el despliegue en el territorio nacional. Si acaso tenía alguno parece que se va desbloqueando poco a poco. Me refiero a la regulación en la compartición de verticales que parece puede dar sus frutos en breve.

El dividendo digital

Pero si algo está convirtiendo al LTE en España en una incógnita es precisamente los problemas derivados de la ordenación del espectro con el que nos hemos encontrado en el territorio nacional. Para que os podáis hacer una idea el LTE tiene previsto el empleo de las bandas de 800, 1.800 y 2.600 MHz. Teniendo en cuenta que la banda de 1.800 MHz ya se emplea en la actualidad para servicios 2G/3G las bandas potenciales de uso son 800 y 2.600 MHz.

Como muchos podréis imaginar en el caso de que los operadores pudieran elegir con qué banda comenzar el despliegue, la banda de 800 MHz sería la elegida al permitir la misma los mismos niveles de servicio con menor inversión (mayor cobertura, mejor penetración,...). ¿Cuál es el problema entonces? ¡Despleguemos en 800 MHz! Pues sí, como os podréis imaginar hay un problema. Y no es otro que se trata de una banda que no está libre en la actualidad. Son frecuencias actualmente empleadas por la TDT pero que según se establece en el "dividendo digital" a partir del 1 de enero de 2015 quedarán libres para otros servicios de comunicaciones. Este dividendo digital provocará que los canales de TDT afectados se desplacen a otras bandas con la consecuente readaptación de los equipos emisores y antenas de cada usuario lo que supondrá un coste de unos 300 millones de euros, pero de eso no vamos a hablar ahora.

Ante esta tesitura el panorama es claro, hasta 2015 pocos serán los movimientos que nos deparará el LTE en España. Eso o algún tipo de acuerdo entre operadores de televisión y telefonía, algo que sinceramente me parece una auténtica utopía.

El mercado potencial

He dejado para el final una cuestión que bajo mi punto de vista no debe obviarse y que quizás por los plazos que se manejan pueda dar al traste definitivamente con la implantación del LTE en España.

Y esa cuestión no es otra que el mercado potencial que el LTE podría encontrar en España. Porque si nos centramos en el mercado empresarial son pocos los resquicios de negocio que puede encontrar el LTE al existir en la actualidad diversas soluciones a disposición de las empresas para disponer de acceso a internet decente. FTTx, enlaces radio, circuitos alquilados, xDSL,...y Dios sabe que más opciones allá por el año 2015...

Si nos centramos en el mercado particular en los tiempos que corren bien pocos españoles piensan en mejorar por “capricho” sus servicios de telecomunicaciones. Como bien demuestra el éxito cosechado por las diferentes opciones “todo en uno” que ofrecen de un tiempo a esta parte los operadores de telecomunicaciones la tendencia es optimizar los costes en servicios de banda ancha, telefonía y televisión. ¿Cuánto estaríamos dispuestos a pagar por tener una mejor conexión en nuestros terminales? Seguramente poca gente sería capaz actualmente de realizar ese esfuerzo.

Pero llegados a este punto es donde aparece un elemento que bajo mi punto de vista sería de los pocos capaces de dar un empujón al LTE. En mi opinión sólo el hecho de que aparecieran nuevas aplicaciones que obtuvieran un éxito tremendo y necesitaran mayor capacidad para funcionar adecuadamente podría hacer a los usuarios plantearse la contratación de este tipo de servicios.

Es algo similar a lo ocurrido con el auge de las líneas 3G que estuvo asociado a las nuevas necesidades de tráfico generadas por las aplicaciones de smartphones y tabletas. Por eso opino que si el LTE estuviera ligado a una nueva generación de aplicaciones con nuevas necesidades de capacidad de datos que no pudieran ser cubiertas de forma óptima por las actuales redes 2G/3G puede que su mercado creciera exponencialmente, por lo menos en España.

En definitiva el panorama es poco alentador para imaginarnos a España cubierta globalmente por servicios LTE, pero ya sabemos que en lo concerniente a tecnología lo que hoy es negro mañana puede ser blanco.