Una de las noticias más llamativas de cuantas han surgido del Mobile World Congress de este año fue el anuncio por parte de Jan Koum (cofundador de Whatsapp) de que el famoso servicio de mensajería iba a comenzar a ofrecer servicios de voz a partir del segundo trimestre de este mismo año. Casualidad o no el anuncio se hizo público cuando aún resonaban los ecos de la reciente adquisición de Whatsapp por parte de Facebook por la “módica” cifra de 19.000 millones de dólares.
¿Y qué consecuencias puede tener ese anuncio? Desde luego la posibilidad de que un gigante como Facebook irrumpa en un servicio que siempre ha sido un caballo de batalla para los operadores puede provocar importantes cambios.
Y es que desde la aparición de las primeras aplicaciones que permitían llevar a cabo llamadas de voz a través de redes de datos la postura de los operadores nunca ha sido demasiado clara. Por un lado se hablaba de la poca transparencia a la hora de definir si las capacidades contempladas en sus tarifas planas de datos eran valores relativos a la carga o a la descarga de datos o una combinación de ambas. En este caso (el de las llamadas VoIP) el tráfico se genera en ambas direcciones por lo que es importante saber si mi operador me da 200 Mb en total o 200 en cada sentido de la comunicación.
Por otro lado nos encontramos el temido filtrado de servicios a través de las redes de operador. De sobra es conocida la polémica que suscitó la iniciativa de ONO para filtrar tráfico P2P y ciertos streamings considerados ilícitos. La jusitificación de dicho filtrado se basa en la naturaleza (legal, ilegal o alegal) de los contenidos que viajan a través de la red y no es para nada equiparable al hecho de que el tráfico de VoIP pueda viajar a través de las mismas, pero lo que esto demuestra es que los filtros existen y el uso que cada operador dé a los mismos dependerán de sus intereses y de su ética profesional.
Si uno se pone a pensar mal no sería de extrañar que si se produjera un crecimiento importante de este tipo de servicios los operadores pudieran aplicar alguna política de restricción en su uso. No hablo de impedir el acceso a la red, pero si que por ejemplo podrían aplicarse políticas de priorización que provocarán que este servicio no ofreciera las prestaciones necesarias y por lo tanto cayera en desuso.
¿Un cambio del modelo comercial?
La potencial situación que se puede plantear quizás sea el empujón definitivo que necesitan los operadores para cambiar su modelo de explotación del servicio. A lo largo de los últimos años el crecimiento de servicios que viajan a través de las redes de datos han obligado a los operadores a ofrecer servicios donde primen las tarifas planas de datos, conocedores de que el uso de los dispositivos como teléfono tradicional es cada vez menor. Ante esta situación la pregunta es, ¿acabarán las compañías ofreciendo únicamente servicios de datos en sus tarifas?
En un principio parece difícil pensar en que pueda darse ese escenario, pero a la espera de poder comprobar cuál es la propuesta de Whatsapp la situación debe por lo menos invitar a reflexión a los operadores. Quizás es momento de convertir a los servicios de voz en un elemento residual, algo que necesitamos pero cuyo uso caerá hasta desaparecer casi por completo. Es una situación en la que personalmente veo muchas analogías con lo ocurrido con los SMS hace unos años. En la actualidad no podemos prescindir de ellos porque siguen siendo necesarios para ciertos servicios (confirmaciones bancarias, altas de servicios, verificaciones de identidad,…) pero desde luego su uso es totalmente residual.
Si a todo ello unimos el crecimiento progresivo de las redes 4G parece que se dan las condiciones necesarias para plantear esa revolución tarifaria que adaptaría completamente los modelos de servicio de los operadores a las necesidades actuales de los usuarios. Es necesario que aparezca ese servicio diferencial (voz a través de Whatsapp cumple con muchas condiciones) para provocar esos cambios que hemos comentado. El tiempo dirá cómo de equivocados estamos los que pensamos así…
Y si Whatsapp hablara con los operadores…
Otra opción, para mí bastante más improbable, sería que Whatsapp pudiera llegar a acuerdos con los operadores a los que de una u otra manera podría compensar por hacer uso de sus infraestructuras. Algo parecido lleva sonando desde hace unos años en relación a Google y el uso de las infraestructuras que el gigante de Mountain View produce, pero de momento no han llegado a ningún punto.
En el caso de Whatsapp si las dos partes (operador y proveedor del servicio) llegaran a un acuerdo, sería sin duda una relación Win-Win. Whatsapp podría usar con la tranquilidad que un buen acuerdo aporta las redes de los operadores y estos verían como sus usuarios queman sus megas con su corresondiente reflejo en la factura mensual.
En definitiva lo que parece que no deja lugar a la duda es que la aparición de Whatsapp como servicio de voz tendrá consecuencias y esperemos que los usuarios podamos sacar beneficio de las mismas, ya sea por recibir un servicio con características diferenciales o por disponer de una variedad de tarifas mayor en nuestros operadores de telecomunicaciones.