Cuando uno se ve en la tesitura de tener que afrontar la elección de una tecnología a la hora de llevar a cabo un proyecto le surgen numerosas dudas acerca de la mejor solución a elegir. Es harto difícil generalizar premisas a seguir en una fase tan importante, pero sí existen ciertos factores que deben ser tenidos en cuenta sin importar el tipo de proyecto que vayamos a desplegar. De entre todos bajo mi punto de vista uno de los más  importantes en un proyecto TIC es intentar buscar soluciones basadas en estándares...salvo contadas excepciones que analizaremos en este post.

El motivo de esta aseveración es muy sencillo, los estándares permiten proteger la inversión que un cliente hace en sus sistemas. Esto es así ya que por un lado los estándares suelen definir las tendencias del mercado, aquéllas que llevan a los diferentes fabricantes a llevar a cabo sus propios desarrollos y por otro no nos obliga a estar ligados a sólo a ciertos equipos o fabricantes capaces de realizar esas funcionalidades no estándar que nos estamos planteando.

Si uno lo piensa bien casi todo equipamiento tecnológico del mercado convive de una u otra manera con un vecino tecnológico. Un teléfono IP con un switch, un punto de acceso con un portátil, un servidor con un PC, una fibra óptica con un conversor, un DVD con un lector...

Si los fabricantes saben que existen millones de dispositivos que hablan un determinado idioma,  ¿no será más rentable aprender el idioma que hablan antes que inventar uno nuevo? La respuesta es obvia, ¿no? 

Llevándolo a un nivel de reflexión muy básico es agradable ver convivir switches de las más diversas marcas dotando de interconexión a PCs, servidores, puntos de acceso,...con pegatinas de todos los colores, ¿no? Pues ese milagro de la tecnología ocurre gracias a la inestimable ayuda del estándar IEEE802.3.

¿Y los smartphones y tablets con androides, manzanas o ventanas conectándose a puntos de acceso de toda naturaleza? De nuevo gracias a los estándares, en este caso el IEEE802.11 (a/b/g/n).

Llegados a este punto es donde aparece el muchas veces tan manido (y en ocasiones mal empleado) término de la interoperabilidad (habilidad de dos o más sistemas o componentes para intercambiar información y utilizar la información intercambiada. Wikipedida dixit). Y no me gustaría quedarme en su definición si no añadirle un concepto adicional, el alcance de la interoperabilidad. ¿Habéis pensado alguna vez cuántos dispositivos compatibles con el estándar 802.11 pueden existir en el mercado? Seguramente se contarán por millones. A eso lo llamo yo una interoperabilidad de amplio alcance. ¿Y equipos con soporte para el estándar 802.1X? No serán millones, pero seguro que llegamos a decenas de millares...No olvidemos esta circunstancia, ya que el alcance de la interoperabilidad es algo que define en sí misma a la interoperabilidad, pudiendo convertirla en virtud o en defecto.

Llevado al mundo de la radio profesional es habitual encontrarse con un debate en las soluciones de banda ancha en banda libre (wimax, pre-wimax, o como las queramos llamar). ¿Debemos apostar por una solución basada en estándares? Es decir una solución ¡interoperable! basada en 802.16d/e en banda libre. Pues seguramente lo más inteligente por nuestra parte sería analizar el famoso alcance de interoperabilidad.

Por suerte o por desgracia llevar a cabo dicho análisis ofrece resultados muy por debajo de los mencionados anteriormente para 802.1x o 802.11. ¿Acaso creéis que fabricantes como Cisco, Enterasys o Alcatel por citar algunos habrían llevado a cabo desarrollos de equipamiento con soporte para 802.3, 802.11, 802.1,...si dichos estándares sólo le permitieran interoperar con equipos de un par o tres de fabricantes diferentes a ellos mismos? Seguramente no, habrían preferido optimizar sus desarrollos y no preocuparse en interoperar con los dos o tres fabricantes compatibles con dichos estándares.

En conclusión las soluciones basadas en estándares van a permitir asegurar el tiempo de vida de nuestros proyectos, gracias a su compatibilidad, adecuación a las tendencias del mercado y capacidad para adaptarse a casi todos los escenarios. Pero no debemos olvidar la importancia de uno de los conceptos claves para un estándar, la interoperabilidad y el alcance de la misma. Ésta no sólo debe existir, si no que necesita de un alcance que justifique el empleo de dicho estándar para llevar a cabo un desarrollo.